Si trabajas en el sector de la gestión de flotas, sabrás de sobra la importancia de que se coloque correctamente la mercancía: debemos aprovechar el espacio, pero tenemos que tener en cuenta la seguridad del resto de conductores.

En el sector del transporte es de sobra conocida la palabra “Estiba”, que corresponde a la correcta colocación y distribución de la carga en cualquier unidad: contenedor, caja de un camión, furgoneta, etc.

El 20 de mayo de 2018 entra en vigor, en España, una nueva normativa con la que se regulará la estiba con inspecciones técnicas a vehículos comerciales que circulen por territorio español, con la finalidad de que la carga se encuentre sujeta de forma que “no interfiera con la conducción, ni suponga un riesgo para la salud, la propiedad o el medio ambiente”.

Si controlas una flota, debes saber sobre quién recae la responsabilidad, según la DGT, de la correcta colocación de la mercancía: “la legislación en materia de contratación de transporte, atribuye la responsabilidad de las labores de carga de la mercancía en el vehículo a la empresa cargadora, salvo en el trasporte de paquetería o carga fraccionada”, mientras que “la legislación de seguridad vial atribuye la responsabilidad de las infracciones de tráfico al autor del hecho infractor”

Hasta ahora no existía en España una normativa específica que indicase la forma correcta de sujetar una mercancía. El artículo 14 del Reglamento General de Circulación solo contemplaba que la carga estuviera “bien sujeta”.

A partir del próximo día 20, la mercancía deberá sujetarse a través de medios capaces de soportar fuerzas generadas por aceleración o deceleración del vehículo. Estos sistemas, deben aguantar una fuerza hacia delante, cuyo resultado sea el peso de la carga multiplicado por 0,8. En el caso del sentido lateral y marcha atrás, la fuerza resultante debe ser el peso de la carga multiplicado por 0,5 y además, debemos impedir la inclinación longitudinal o transversal de la misma.

 

Los métodos de retención que se pueden utilizar son: por paredes resistentes (graneles), inmovilización mediante lonas o redes; amarre o tope con cadenas o bancadas especiales; fijación por rozamiento mediante amarre superior o material antideslizante.

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